Durante la temporada de eclipses de 2019, tendremos la oportunidad de activar el potencial de 5 eventos de este tipo (tres eclipses solares y dos lunares), que tendrán lugar en los meses de enero, julio y diciembre. Como fenómenos astrológicos, los eclipses son considerados umbrales, que marcan el inicio o el final de una situación, la relación con las energías masculinas y femeninas, que puede tener repercusiones tanto individuales como colectivas.
Coloquialmente, se dice que cuando la Luna esconde al Sol se produce un eclipse de solar, y cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna acontece el evento conocido como eclipse lunar. Estos eventos se suscitan durante la fase de Luna Nueva, y sus efectos (astrológicos) se hacen sentir por períodos de hasta 6 meses. En el estudio de la Astrología moderna, los eclipses de Sol suelen estar asociados con los inicios, la liberación de energías reprimidas y karmas. Una fuerza masculina que se “eclipsa”, permitiendo el equilibrio interno o externo.
Por otra parte, los eclipses de Luna se suscitan cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna (oposición Sol – Luna). Este fenómeno acontece en la fase de Luna Llena, y sus efectos son detectables hasta 3 meses después. Los eclipses de Luna son vinculados con los finales, el despertar de la consciencia y la libertad emocional. Desprendimiento de patrones y programación negativa asociada a la femineidad (energía femenina que se equilibra).
Los eclipses de Sol y los eclipses de Luna son separados por períodos de 14 días, durante los cuales no se recomienda iniciar planes de ningún tipo (sentimental, negocios, asociaciones y otros). Los intervalos entre eclipses son épocas propicias para evaluar los proyectos que tenemos en mente, dado que las fuerzas de la intuición se encuentran en su nivel más alto y ayudan a iluminar lo que permanece oculto.
